Visibilizando un debate para crear ciudadanía
Por Moisés Ramos
En primer semestre de este año, en el curso de Comprensión y Producción del Lenguaje 2, los alumnos debían escoger un problema social controversial e investigarlo. Uno de estos grupos fue el conformado por Pierina Ninalaya y Daniela de las Casas: para ellas, un problema social era cómo el estado peruano castigaba a las mujeres que abortaban. Me preguntaron la primera semana si yo conocía de hombres presos por practicar abortos o inducirlos; me quedé pensando y les dije que no. Una miró a la otra y le dijo: ¡Ya ves! la ley solo castiga a la mujer; eso es discriminación ¿no profe? Pierina había vivido en España y de regreso en Perú se sentía consternada por cómo el estado peruano les daba la espalda a miles de niñas y mujeres en el Perú, en incluso pensaba que el estado era cómplice de muchas muertes de mujeres que llegan con infecciones severas centros de salud por haberse realizado un aborto en condiciones insalubres de la clandestinidad.
Decididas, desconcertadas, indignadas, molestas y motivadas escribieron una serie de textos argumentativos (ese es el propósito del curso) para concientizar a jóvenes de su generación a través de su bitácora digital. Les quedaba claro que no basta con informar, sino tomar partido convencer. Con todo el entusiasmo de su edad, acometieron el propósito de persuadir, primero a sus compañeros de clase (mediante un debate programado del curso) de que el silencio nos hace cómplices y que el problema está más cerca de lo que uno cree.
Al terminar ciclo, se me acercaron y comentaron que más allá de aprobar o no el curso o del número de visitas a su página web o de si al final llegaron o no a subvertir la indiferencia de sus pares, este había sido un viaje de maduración y de despertar en ellas un vivo interés por asuntos sociales. Pensé, entonces, hemos ganado dos ciudadanas; he tenido suerte ser acompañar del nacimiento de dos conciencias ciudadanas que hará de ellas excelentes profesionales y peruanas.
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