Cómo entender el centralismo del país
Por Javier de Taboada
Como profesor del curso Comprensión y Producción de Lenguaje I durante el semestre 2019-1 tuve a mi cargo varias secciones, entre ellas la sección CR1A, y pude revisar decenas de boletines, algunos de ellos de muy buena calidad. Sin embargo, uno fue el que más destacó –a mi criterio- durante ese ciclo. Era un grupo pequeño, de 3 estudiantes. Uno de ellos, Sergio Herrera, según me confirmó un correo del Programa de Atención a la Diversidad e Inclusión (PADI) de la UPC, tenía las características de Asperger, cosa que ya había notado por haber tenido estudiantes con esta condición en ciclos anteriores. No me pareció prudente conversar con el alumno sobre este tema, ya que claramente perfilaba que no iba a tener problemas en el curso e incluso podía aprobarlo con una alta nota, como ocurrió. El segundo, Enrique Salazar era un estudiante con una gran afición por los deportes; y la tercera, Camila Jaimes, una chica un poco callada pero muy cumplida en sus tareas. La comunicación entre el grupo siempre fue óptima; y el tiempo de clase siempre fue empleado en el avance de las tareas de cada sesión. El tema elegido fue el centralismo. Aunque en apariencia no había una conexión personal con el tema, pues los alumnos nacieron en Lima, en las entrevistas que realizaron a sus propios familiares se pudo ver que los nacidos en esta ciudad de migrantes siempre tienen una conexión no muy lejana con otras partes del país a través de la historia familiar. Por otra parte, tanto el diseño como el contenido de los materiales incluidos en el boletín fue de la mayor pertinencia e interés, en especial la sección de Evidencias, en donde pudieron desplegar su propia investigación sobre el centralismo en el Perú.
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